El pasado en la literatura chiapaneca. Una aproximación desde la Historia y la Literatura.
Dr. Vladimir González Roblero
A partir de lo que se conoce como Teoría Pos-moderna de la Historia se han desarrollado aproximaciones teóricas y metodológicas que abordan tanto la escritura de la historia como el estatus ontológico del pasado. Dichas aproximaciones son útiles para el estudio de la novela histórica y de la historiografía.
De manera sintética trataré de explicar los matices de la teoría posmoderna de la historia. En primer lugar, como una consecuencia de lo que se ha llamado giro lingüístico, la realidad parece estar disuelta en el lenguaje, a tal grado de afirmar, algunos, que es solamente una existencia lingüística. De este modo se han criticado valores como la ver-dad y la objetividad encumbrados en la era moderna. Llegamos a entender, como una derivación de lo anterior, las tesis que sostienen que la realidad no se puede representar, sino más bien construir.
La idea de la construcción de una realidad o de múltiples realidades nos lleva, en el terreno de la historia y la literatura, a los entrecruces entre ambas disciplinas. Un primer acercamiento se refiere a la escritura y al relato como estructura común. Hayden White y Paul Ricoeur consideran a la historiografía como una de las formas del relato de ficción, según White, pero, en cuanto relato, con pre-tensiones referenciales distintas, según Ricoeur.. Estas tendencias sostienen que los acontecimientos pasados se hallan en forma caótica, y que es ta-rea del historiador y del escritor ordenarlos.
No adentraré en las posiciones y propuestas de Ricoeur o de White. Basta decir que al considerar ambos que historia y literatura están estrechamente emparentados se ha abierto el debate en torno al estatus del pasado en tanto ficción, es decir, algo meramente construido por alguien: por un novelista o por historiador.
Este mismo debate ha llevado a preguntarse no sólo por las implicaciones de la ficción en tanto invención en lo que comúnmente se conoce como novela histórica, sino también por la ficción en tanto construcción en la historio-grafía. Estas preocupaciones oponen la historia y la ficción, o lo que es lo mismo, la historiografía y la literatura, y pareciera ser que no hay salida que lime las asperezas.
